Narcisismo o Los Que Toman en Extremo

¿Cómo encaja el término narcisismo en tus intentos de comprender mejor lo que estás experimentando en otra persona o en ti mismo? Aunque prefiero el término Extreme Taker (los que toman en extremo), la historia del origen detrás del narcisismo explica mucho sobre el fenómeno.

También proporciona una perspectiva sobre cuánto coraje se necesita para aceptar la dinámica en torno a los tomadores extremos y los dadores extremos. Para sanar, necesitarás mirar profundamente dentro de ti mismo para comenzar a identificar no sólo el dolor y los miedos que te han impulsado mal durante demasiado tiempo, sino también las creencias fundamentales que te han enseñado sobre ti mismo y que te mantienen arraigado en patrones que están socavando tu felicidad, tu sentido de identidad y tu paz interior.

Un contexto para el narcisismo

Si hablamos de términos de psicología popular, escucharán muchos, como:

  • Love bombing

  • Trauma generacional

  • Complaciente

  • Simping

  • Gaslighting

  • Desencadenado

  • Tóxico

  • Codependiente

  • Alienación parental

  • Vínculo traumático

Pero ninguno (ni uno) de ellos está más trillado, sobreutilizado y privado de significado que, por supuesto, "narcisista". Hoy en día todos son narcisistas. "Mi ex es un completo narcisista", "Mis padres son tan narcisistas", "Mi hijo adulto tiene tendencias narcisistas y me está volviendo loco", "¿Cómo sé si soy narcisista?", y muchas más afirmaciones en esta obsesión por el narcisismo. Al parecer, todo el mundo está convencido de saber qué es un narcisista, porque lo han leído en el sitio web de Mayo Clinic o porque han leído unos cuantos artículos en Google. (Sin mencionar que hay personas que dedican su vida adulta y años de formación, y que a menudo escriben esos mismos artículos, diagnosticando erróneamente enfermedades como ésta, todo el tiempo porque esta y otras enfermedades similares son extraordinariamente complejas).

Pero la cosa es que, como muchos saben, existe la definición clínica que estudian y diagnostican psicólogos y psiquiatras. Por otro lado, está el uso más común de "narcisista" utilizado por las personas que intentan encontrar una forma de expresar su experiencia. Este término se ha popularizado precisamente porque sirve para eso: para ayudar a las personas a comprender mejor lo que experimentan en otra persona o en sí mismas.

Quizás lo sepan o no, pero no soy psicólogo ni profesional de la salud mental de ningún tipo. Me dedico a la orientación espiritual y soy ex clérigo. Trabajo con sistemas de creencias, sanando el dolor y ayudando a la gente a pasar de la supervivencia a la prosperidad. Así pues, lo único que sé sobre el narcisismo, o lo que me interesa del narcisismo, es su origen, porque estudié las lenguas antiguas griego, hebreo y latín a nivel universitario y de posgrado, y domino bastante bien los sistemas de creencias de las culturas que las utilizaban. La psicología, una ciencia que ha existido durante 200 años, aproximadamente, no inventó la noción de narcisismo ni las tendencias narcisistas. En realidad, fue adoptada de poetas-teólogos de la Antigua Grecia.

¿Cuál es el origen del narcisismo?

La historia de Narciso trata del hijo mortal de un dios y una ninfa. Básicamente, este joven era un hombre apuesto y un día vio su reflejo en un estanque. Se enamoró de inmediato y pasó los días adulándose a sí mismo en aquel estanque, donde acabó muriendo de amor no correspondido: un corazón roto por amar a alguien, en este caso a sí mismo, que no le correspondió, pues era sólo su reflejo. Su autoobsesión lo mató.

Pero la cuestión es ésta. Esta historia, escrita por el poeta griego Ovidio, era algo más que su intento de describir un tipo de personalidad, como ocurría muchas veces con las historias de los dioses y su progenie. La historia habría sido suficientemente interesante simplemente con esa descripción de la personalidad y la lección de vida que ofrece: el ensimismamiento puede matarte.

Pero, ese es el efecto. La muerte por tendencias narcisistas, como las que claramente mostraba Narciso, (¡porque, bueno, es Narciso!), no cuenta la verdadera historia del por qué. ¿Por qué murió así? ¿De dónde vinieron las tendencias narcisistas de Narciso? ¿Qué causó todo esto?

Y aquí es donde muchos de los profesionales clínicos y la mayoría de las personas no especialistas que utilizan el término "narcisista" a menudo se equivocan por completo. Porque, contada así, la historia habla de un individuo aislado, que está enamorado de sí mismo y muere. Pero, ¿a quién le importa que muera un mortal hijo de dios? Qué más da. ¿Por qué debería yo, como lector o espectador de la historia, tener algún sentimiento a favor o en contra de Narciso?

La parte más atractiva de la historia no es la de Narciso, del mismo modo que ninguna historia de héroes o villanos se centra en ellos. En realidad, es el impacto que la vida del héroe/villano tiene en los demás. Y, para entender esto completamente, debemos adentrarnos en el origen de lo que causó que Narciso se volviera así y cuál fue el impacto.

Lo que provocó esto es que existió una ninfa de las montañas, que se enamoró de Narciso. Pero esta ninfa también había sido maldecida por una diosa. ¿La maldición? Le habían quitado la autonomía de su voz. En otras palabras, no podía expresar sus opiniones, pensamientos, ideas o deseos. Sólo podía repetir las últimas palabras de lo que decía otra persona primero. Cuando siguió al joven del que se había enamorado, sólo pudo repetir sus palabras de amor por sí mismo. Su voz se convirtió en la voz de ella. Así que, naturalmente, a medida que conversaban, él se enamoraba del trato que ella le daba, haciendo que él y sus palabras fueran siempre lo único que salía de su boca.

Narcisismo o Los Que Toman en Extremo

¿Cómo llamó Ovidio a esta hermosa ninfa?

Eco.

Al principio, Narciso se sintió atraído por ella cuando sólo podía oírla, pero una vez que se dejó ver, se sintió molesto por su extraña forma de hablar, ya que sólo podía repetir su voz y sus palabras. Debido al fastidio y aburrimiento por su falta de originalidad, la rechazó una y otra vez. Cuanto más la rechazaba, más se obsesionaba con él. Finalmente, se retiró a las montañas donde se marchitó y murió.

La diosa Némesis se enteró de esta tragedia y enfureció. Así que maldijo a Narciso, diciéndole que nunca podría ser amado por la persona a la que amaba.

En resumen, murió por no recibir de vuelta el amor y la adoración que sentía por sí mismo.

El elemento clave de la historia, cuando Narciso pasa de ser simplemente un joven enamorado de sí mismo a ser un hombre con una sentencia de muerte de otra índole, es el trato que recibe de la ninfa que lo amó. Lo que hace que el lector de la historia se sienta justificado para detestar al narcisista de la historia es cómo trata a alguien que le ama. Sin eso, es simplemente un niño enamorado de sí mismo, que no hace daño a nadie más que a sí mismo. Si quiere adularse a sí mismo, que lo haga. No molesta a nadie.

Pero, en cambio, es cuando maltrata y rechaza a Eco, la única persona absorta en él que no tenía voz propia, sólo la de Narciso, cuando se vuelve aborrecible. Lo que la convierte en una historia (una con pasión, vísceras y sangre) es cómo trata a los demás. Es entonces cuando enfada a una diosa y su destino queda sellado. Su destino no es sólo "la muerte por auto-obsesión". No, mejor dicho, es básicamente que nunca le devuelven su amor: nunca le llenan su propia Taza de Amor.

Lo que a veces nos hace odiar a los narcisistas en nuestras vidas no es que estén ensimismados, en sí. Son los efectos de ese ensimismamiento en los demás. Es lo que hacen con él, cómo tratan a las personas a su alrededor, especialmente a la persona o personas que más las aman. Esa es la parte sustanciosa y fea de la historia.

Pero aún hay un elemento más que sería fácil pasar por alto. No olvidemos que lo que le da a Narciso el poder de herir a Eco es que ella ha perdido su voz, excepto para repetir lo que él dice, como hacen todos los ecos. Mucho antes de conocer a Narciso, había perdido su autonomía y su sentido de sí misma. Ese es el motivo del doloroso rechazo de Narciso. Si ella hubiera tenido su propia voz y su propio "yo", él no habría tenido ese poder sobre ella. En la historia, una cosa depende de la otra. Lo que nos hace amar al narcisista hasta tal estado de absorción total es la belleza que vemos en ellos, pero también el hecho de no tener nuestra propia voz, ni nuestro yo.

Lo crea o no, le guste o no, Eco era susceptible a Narciso mucho antes de que éste apareciera. Si leemos la historia en retrospectiva, es muy fácil ver que ella estaba destinada a recibir basura de un sujeto como Narciso porque sufrió un golpe letal: una diosa enojada (Hera) le arrebató el sentido de identidad. Se podría argumentar que el crimen real, o el crimen de origen, ya había sido cometido contra Eco, mucho antes de que Narciso entrara en escena. La verdadera historia es la precuela.

¿Ya empiezan a unir los puntos?

En efecto, Narciso le ha arrebatado la voz a Eco. O eso parece. Técnicamente, los dioses/diosas de la vida de Eco le quitaron la voz. Narciso es el hombre que le drena la energía vital, que está feliz de apropiarse de su voz y de su vida mientras éstas satisfagan sus necesidades y que, cuando deja de convenirle, la aleja de su lado con dureza.

Los que toman en extremo y los que dan en extremo

Y en este punto es donde la historia se vuelve más útil, al menos en lo que se refiere a sanar.

El crimen de Narciso, por el cual Némesis lo castiga, es que, en un afán desmedido por llenarse de amor, tomó lo que no era suyo sin dar nada a cambio; tomó la voz, el amor y la vida de otra persona. En su mente, ella no podía darle suficiente amor para llenar su Taza, así que tomó lo que pudo de ella y siguió adelante.

Esta es la razón por la que no uso el término narcisista. Creo que ese nombre no sólo está sobreutilizado, sino que en realidad no dice nada y al mismo tiempo dice un millón de cosas diferentes. Me gusta usar un término más claro: persona que toma en extremo. Porque, la historia en realidad se trata de tomar el amor y la vida de otro de forma extrema, y eso no es bueno, por dos motivos.

  • Uno, al igual que Narciso absorbe la vida de Eco, tomar en extremo destruye a la gente alrededor del que toma en extremo.

  • Pero además, el que toma en extremo, a pesar de todo lo que toma, nunca se llena de amor. En el fondo, las personas que toman en extremo se sienten miserables, porque no pueden recibir suficiente amor de donde más lo quieren. Quieren recibir amor de ellos mismos y nunca lo consiguen, y mueren vacíos, en algún lugar de su interior.

La historia trata sobre la entrega extrema de amor y vida a otro. Esto tampoco es bueno. Porque es extremo, es demasiado. Se hace perdiendo totalmente la propia identidad y la propia voz. La entrega extrema, en la que tu voz no es más que su voz, es la maldición de los dioses. No lo olvidemos.

Si siguen mi trabajo, sabrán que no utilizo el término "narcisista" cuando trabajo con mis clientes, hago videos o doy conferencias. Es un término clínico utilizado en el campo de la psicología, y un término muy delicado. Yo utilizo "los que toman en extremo" y, a la inversa, "los que dan en extremo". Como en el caso de Narciso, la historia no se centra en quién es esa persona ni en sus rasgos de personalidad. Se trata de la interacción de esa persona con otra, especialmente con alguien que la ama. Esa es la principal razón por la que la historia tiene valor: describe cómo interactúan estas personas con quienes las rodean. La auto-obsesión es cómo actúan consigo mismos; ¿y a quién le importa eso, si no me afecta? Es sólo cuando esa auto-obsesión interactúa con otra persona cuando se convierte en esta especie de químico tóxico para otro. ¿Y cuál es la característica distintiva del narcisista al interactuar con los demás? La toma extrema (de la voz, del amor y de la vida).

Lo que duele tanto no es que los que toman en extremo estén absortos en sí mismos, sino el impacto de esa absorción en mí, es decir, cómo me tratan. Ellos toman y yo doy. Ellos toman en extremo y yo doy en extremo. Y va de mal en peor hasta que no me queda nada y, aburridos y molestos, pasan a su siguiente víctima porque ya no hay sangre que chupar aquí.

Pero, ¿los que toman en extremo acaban siempre con los que dan en extremo?

La respuesta rápida a la pregunta de si los que toman en extremo acaban siempre con los que dan en extremo es "no".

Los que toman en extremo aceptan con gusto a los que dan moderadamente, o incluso a los que dan poco. Lo que ocurre es que esas relaciones no duran tanto, porque alguien que sólo da moderadamente, en pequeñas cantidades, o sólo cuando es correspondido, se alejará de alguien que sólo está interesado en recibir (o tomar). Además, la persona que toma en extremo se aburrirá y se molestará antes con alguien que sólo tenga una cantidad pequeña o moderada de amor para dar a cambio, a menos que utilice a quien da moderadamente como complemento de su persona que da en extremo.

Los que toman en extremo no discriminan. Les encanta recibir de quien les da. La única persona de la que no toman nada es la que no les da nada a ellos. Tampoco tomarán nada de alguien que de alguna manera tenga poder sobre ellos, como un jefe, un padre dominante o alguien que tenga algo que el que toma en extremo quiera (un sueldo, aprobación, sexo, etc.).

Alguien que toma en extremo puede incluso terminar con otra persona que tome en extremo, pero los ámbitos de lo que toman a menudo se superponen de tal manera que cada uno toma en diferentes formas y sectores de la vida. Pero recuerden, una persona que toma en extremo sólo se quedará mientras satisfaga alguna necesidad, y es posible que no sea la necesidad que aparenta en la superficie. Con frecuencia, es mucho más profunda.

 ¿Cuál es el problema más profundo de la persona que toma en extremo?

El problema real y subyacente del que toma en extremo en verdad no es diferente del problema real y subyacente del que da en extremo. Piénsenlo, ¿cuál es la maldición que los dioses les dieron a cada uno de ellos en sus vidas antes de que Narciso y Eco se conocieran?

  • La maldición que un dios le impuso a Narciso fue que nunca podría recibir el amor que buscaba. Podía mirarse a sí mismo y ver su verdadero yo, pero no importaba cuánto amor recibiera a cambio, nunca era suficiente. Eco intentaba amarlo, pero no era suficiente. Su reflejo en el estanque claramente no le daba amor. Se sentía bien mirarse y obsesionarse consigo mismo, pero la metáfora de ese reflejo en el estanque es que nunca es suficiente. Así que no era tanto que no pudiera recibir amor, sino que ninguna cantidad podía llenarlo y hacerlo sentir saciado de amor.

  • La maldición de Eco fue que le despojaron de su capacidad de decir lo que pensaba o expresar su sentido de sí misma, su originalidad, sus deseos y/o sentimientos. En otras palabras, la habían despojado de su identidad. Aún podía percibir sus sentimientos sus deseos y las palabras que quería decir. Pero debido a su maldición, no podía expresarse. La incapacidad de expresarse es realmente lo que la mata al final, porque es precisamente por eso que Narciso rechaza a su Eco: su falta de originalidad se vuelve aburrida y molesta. Así que, aunque hubiera conocido a alguien mucho mejor que ese idiota de Narciso, seguiría sin poder ser amada por lo que realmente era, porque nunca podría mostrar o expresar quién era realmente. Ese anhelo de ser vista y aceptada por quien realmente era, lo que es el amor en realidad, no podía suceder nunca porque le habían robado la capacidad de mostrar quién era realmente.

Por lo tanto, ni Narciso ni Eco pueden nunca sentirse verdaderamente saciados de amor, pero por dos razones diferentes. El defecto fatal de Narciso era que el fondo de su taza de amor tenía un agujero, de modo que aunque podía expresar su verdadero yo y ser visto como su verdadero yo, no importaba cuánto amor recibiera a cambio, nunca sería suficiente para llenarlo. El defecto fatal de Eco no era que no pudiera llenarse de amor, sino que no pudo ser amada por lo que realmente era, porque nunca pudo mostrar quién era en realidad. Había perdido su capacidad de expresar su yo auténtico.

Así, ambos se marchitan y mueren porque no pueden llenar la taza de amor que hay en su interior. Misma maldición, diferentes formas, mismo resultado.

La razón más profunda por la que la persona que toma en extremo toma y el infiel engaña es que no puede recibir amor. A los que toman en extremo se les ha enseñado que su yo auténtico no importa, sólo su imagen. A la persona que toma en extremo de sus vidas le enseñaron que es pura basura y que su verdadero yo no importa; o le enseñaron que es el Niño de Oro y que la única forma de obtener golosinas o amor (en forma de elogios) es mediante el desempeño, es decir, lo que HACE para que mamá o papá estén contentos u orgullosos. En otras palabras, no tuvieron oportunidad en la infancia de ser su yo auténtico. Tuvieron que actuar durante toda su vida como otra persona, como un personaje, para poder recibir atención positiva.

Los dioses en la vida de su persona que toma en extremo (es decir, mamá y papá, o quienquiera que haya criado a su persona que toma en extremo) le enseñaron que su verdadero yo no importa... y ASÍ es como se forma el agujero en el fondo de su taza de amor. A la persona que toma en extremo no se le puede amar por lo que realmente es, porque carece de la capacidad de llenarse de amor.

Los dioses en la vida de su persona que da en extremo (es decir, mamá y papá, o quienquiera que haya criado a su persona que da en extremo) le enseñaron que su verdadero yo no importa o no es bueno, o no es lo suficientemente bueno. De esta manera se le enseña al niño la insignificancia de su verdadero yo. Entonces, lo esconde, ya no puede expresar su verdadero yo sin que esto le traiga una ola de dolor. El que da en extremo está condicionado desde muy temprana edad a temer la autoexpresión, porque sólo le trae dolor. Así, ese músculo de la autoexpresión se atrofia. Al igual que cualquier persona, el que da en extremo anhela ser visto y amado por lo que realmente es. Pero nunca podrá ser amado por lo que realmente es, porque le han robado (durante toda una vida de miedo) su capacidad de mostrar quién es realmente.

¿Un narcicista que toma en extremo cambiará alguna vez?

Esta es una pregunta que me hacen a menudo.

Hay gente que jura por todos los cielos que alguien que toma en extremo nunca cambiará. Pero mi experiencia no me dice lo mismo.

Sin embargo, antes de llegar a eso, vale la pena señalar que, en general, alguien que pregunta si alguien que toma en extremo cambiará o no alguna vez indica que alguien espera que lo haga. Lo más probable es que no estés preguntando si cambiará, a menos que hayas sido Eco o lo sigas siendo. Anhelas que llegue el día en que tu Narciso favorito salga de su ensimismamiento y por fin te vea y te valore, ¿verdad? Así que, en realidad, la pregunta es: "¿cuánto tiempo más debo esperar, cuánto más debo aguantar?". Esa es realmente la pregunta. ¿Debo seguir adelante, seguir invirtiendo; o la posibilidad de cambio es tan baja que ahora simplemente estoy tirando dinero después de una mala inversión inicial? Es un ejercicio de análisis de costos, ganancias y pérdidas.

Así que, si se están haciendo esa pregunta, quizá deban preguntarse mejor: ¿Es posible que yo sea alguien que da en extremo y que ha perdido su propia voz, si es que alguna vez la tuve? ¿Es posible que, en algún momento, la verdadera solución para su vida y para sanar su vida NO sea recibir amor de otra persona (y esas "otras personas" nunca parecen darlo, o nunca dan lo suficiente)?

Pero el verdadero camino hacia la sanación y la felicidad es comenzar el proceso de recuperar su voz, volviendo a los orígenes de dónde y cuándo la perdieron para empezar. Esta es la razón por la que escribí mi libro Hay un agujero en mi Taza de Amor, para guiarles literalmente por este proceso exacto. Recuerden, si Eco hubiera tenido su propia voz, habría dejado de ser sólo una repetición de lo que decía el amado. Finalmente habría recuperado su vida y podría hablar y vivir su verdad. Habría podido empezar a llenar su propia copa de amor, en lugar de depender por completo de alguien que tomaba en extremo.

Volviendo a la pregunta de si alguien que toma en extremo alguna vez cambiará.

En mi experiencia, la mayoría de las veces, los que toman en extremo cambian constantemente, a menos que tengan un círculo de interacciones con los demás extremadamente limitado o inexistente.

Les garantizo que, el 99% de las veces, si la persona que toma en extremo tiene un empleo en el que trabaja para alguien o alguna empresa, no trata a su jefe de la misma manera en que te trata a ti. ¿Por qué? Les despedirían si lo hicieran.

O quizás hay ciertos compañeros de trabajo de los que no toman en extremo, en gran parte porque los denunciarían a Recursos Humanos.

O puede que el que "toma en extremo" de sus vidas sea el dueño de la empresa en la que trabaja, por lo que no tiene jefe. Sí, tiene un jefe y el jefe es el cliente. Les garantizo que sus personas que toman en extremo no tratan a sus clientes como les tratan a ustedes. Si lo hicieran, rápidamente se quedarían sin clientes.

O, ¿ese empresario trata a su banquero o a las personas de su compañía hipotecaria como les tratan a ustedes? Lo dudo.

¿La persona que toma en extremo trata a su madre y a su padre como les tratan a ustedes? ¿Y a ciertos hermanos?

La pregunta que deben hacerse es: ¿Quién tiene poder sobre el que toma en extremo?

Quién tiene algo que el que toma en extremo quiere, o incluso necesita? Porque, cuando alguien tiene algo que yo quiero, tiene poder sobre mí: el poder de negármelo y, por tanto, de hacer que me sienta desdichado. Creyendo que tiene que conseguir lo que quiere, el que toma en extremo incluso cederá, se echará atrás o se transformará en alguien que normalmente nunca sería. Así que, si no cede, ni es adulador, ni amable con ustedes (excepto cuando se van), significa que no tienen nada que quiera; o significa que sabe que tiene el poder de conseguirlo de ustedes sin hacer ningún esfuerzo (porque en alguna parte dentro de él siente que ustedes han perdido su poder o sentido de autonomía/su voz).

Es decir que los que "toman en extremo! cambian constantemente, alternan entre "tomar" y "entregar", si eso les permite obtener más de aquello sin lo que creen que no pueden vivir: más amor y atención, de una forma u otra, de otra persona.

Pero eso tampoco llega al meollo de la cuestión de si alguna vez cambiarán por ustedes, porque, de nuevo, están haciendo un análisis de costos. Esperan y desean que cambien por ustedes y que por fin puedan ser felices juntos. Así que se preguntan si vale la pena invertir su tiempo, energía y vitalidad para seguir soportando su mezquindad o indiferencia. ¿Verdad? Por supuesto.

Y la respuesta simple es sí, a veces cambian.

Pero, el cambio sólo viene del dolor de ser de cierta manera y tiene un precio tan alto que ya no vale la pena. Y, según mi experiencia, los que toman en extremo sólo experimentan un dolor insoportable que los abre de par en par y los hace cambiar cuando han perdido a alguien o algo tan querido para ellos que creen que no pueden dar un paso más. Ése es el punto de inflexión. Es entonces cuando surge la posibilidad del cambio.

Pero, lamentablemente, a menudo la persona que pierden no es la persona que más quiere que cambien. Puede que no sea el hecho de perderles o el miedo a perderles lo que les haga cambiar un día. Y en realidad es brutalmente desgarrador descubrirlo.

Muchas veces, aunque no siempre, la persona cuya pérdida les duele más es la pérdida del niño, o del niño adulto, aunque sólo sea porque los niños parecen tener esta cantidad infinita de amor para dar, precisamente como lo necesita el que toma en extremo.

O bien, la pérdida que más les afecta es la de esa persona con la que han sido infieles o la de la persona con la que salieron después de ustedes. Y eso simplemente duele. No hay vuelta de hoja. Simplemente duele saber que no fui suficiente para lograr que mi persona que toma en extremo cambiara. Y, después de lamentarnos por eso, durante el tiempo que haga falta, descubrimos que la vida sigue; y es hora de tomarnos en serio lo de cambiar nosotros, los que damos en extremo.

¿Alguien que da en extremo cambiará alguna vez?

La respuesta corta es que sí pueden. No es inevitable, pero ocurre mucho. Una buena parte de la autoayuda está, sin saberlo, orientada a ayudar a los que dan en extremo (personas que han perdido su sentido de sí mismas o su capacidad de expresar su yo auténtico) a ser más equilibrados al dar y recibir (e incluso al tomar).

Pero, como ocurre con todas las cosas de la vida, la dura realidad es que el cambio sólo surge del dolor, de algún tipo. El cambio no se producirá hasta que el dolor sea lo suficientemente intenso. Y, hasta que el espantoso costo de ser una persona que da eternamente supere la extrema fuerza del que da en extremo para soportar todo tipo de vilezas, el que da en extremo nunca cambiará.

Verán, la otra maldición del que da en extremo es que él o ella ha pasado toda su vida sin llenarse de amor por su auténtico yo. Entonces, su capacidad para soportar la vida de esta manera es extremadamente alta. Y, si el cambio sólo proviene del dolor de que la vida se vuelva lo suficientemente mala, entonces la fuerza del que da en extremo es, de hecho, su otra gran maldición. Siempre puede soportar más dolor. Sin embargo, cuando el dolor se vuelve demasiado intenso, finalmente encuentra su "¡NO!" y toma medidas para acabar con él. Pero, mientras sea fuerte, el que da en extremo seguirá recibiendo basura... y seguirá dando.

Entonces, la pregunta para el que da en extremo es siempre: ¿Tu dolor ya se ha vuelto lo suficientemente intenso o puedes soportar más? Además, incluso si pudieras soportar más, ¿por qué lo harías?

¿Qué pasa si soy el que toma en extremo? ¿Puedo cambiar?

Oh, claro que puedes cambiar si eres el que toma en extremo. Pero la pregunta es: ¿Por qué vas a cambiar? ¿El cambio es real o es sólo temporal para evitar perder a alguien? Lo primero es bueno; lo segundo es repulsivo porque es manipulador y probablemente no dure.

¿A quién has perdido?

¿O acaso la fealdad de ser siempre el villano en la historia de todos se ha vuelto aburrida?

¿O es que el sentimiento de autodesprecio interior que sientes en lo más profundo de tu ser, ese autodesprecio que sólo te invade a altas horas de la noche o en algún otro momento vulnerable (quizás cuando estás borracho o fatigado) finalmente te ha agotado hasta el punto en que estás harto de ti mismo?

Cualquiera sea la razón, si tu dolor te ha llevado al punto de sentir un deseo genuino de cambiar, entonces la pregunta es si tienes el valor de adentrarte en las historias de origen de quién eres, lo que te enseñaron a creer sobre ti mismo y cómo las historias de villanos y héroes de tu pasado pueden no ser como siempre las has contado o pensado. Es decir, hasta que no estés lo suficientemente hambriento como para explorar las sucias profundidades de tu pasado, no estarás listo para dejar de ser el imbécil que toma en extremo que siempre has sido. Y si estás listo, entonces necesitas adquirir mi libro. Hay un agujero en mi Taza de Amor, que escribí precisamente para esto. El proceso es muy factible, pero requiere motivación, valor y la voluntad de llevar a cabo las tareas desagradables y aterradoras de repensar y reescribir el pasado.

¿Cómo saber si alguien es narcisista o que toma en extremo?

Esta es otra pregunta que me hacen todo el tiempo. Si esta es su pregunta, están haciendo la maldita pregunta incorrecta.

¿Por qué?

Porque básicamente están diciendo que los enemigos están fuera de la puerta y necesitan aprender a identificarlos.

Lo que intento decir es que el verdadero enemigo está dentro de la puerta. Y hasta que no maten al enemigo dentro de ustedes, no importa quién esté afuera o a quién dejen entrar.

Verán, como descubrimos en el mito griego al principio de este artículo, el enemigo de Eco no era Narciso. Su verdadero enemigo era la diosa Hera, quien la maldijo robándole la voz, robándole la capacidad de decir y mostrar al mundo quién era realmente. Eso es lo que llevó a las situaciones donde conoció e interactuó con Narciso. Si no hubiera tenido esa herida original, le habría ido bien con el narcisista, o al menos le habría ido mucho mejor.

Entonces, el desafío para la persona que teme a los narcisistas es mirar su interior y discernir cuáles son las voces dentro de ella que le impiden creer, hablar o defender quién es realmente. Y aquí es donde entra toda la conversación sobre las banderas rojas.

Banderas rojas en las relaciones

Con frecuencia, tanto en las citas como en las amistades y las relaciones familiares, queremos saber a qué señales de alerta debemos estar atentos para evitar futuros problemas en la relación. Pero las verdaderas banderas rojas no son lo que otra persona hace o dice per se. Las banderas rojas no son algo que se identifique en otra persona. Las banderas rojas son un sentimiento dentro de mí. Una bandera roja es cualquier cosa que me haga sentir mal o incluso un poco raro por dentro. Una bandera roja es una sirena que suena dentro de mí. Pueden llamarlo intuición, instinto o simplemente algo que se siente mal. Eso es una bandera roja. Así es como se identifica a alguien que toma en extremo.

Es cuando alguien dice o hace algo que no me parece bien, o simplemente me parece mal. Si siento ese malestar, entonces debo decidir si actuar en consecuencia y defenderme, o dejarla pasar.

Pero si no tengo una conexión con mi auténtico yo interior, con mi intuición, con mi instinto, nunca sabré si algo me hace sentir mal. En otras palabras, la pregunta no es si esta o aquella persona es narcisista. La pregunta es: ¿estoy lo suficientemente sintonizado conmigo mismo y con lo que siento realmente como para darme cuenta de cuándo alguien me ha herido u ofendido? Y, ¿mi sentido del yo es lo suficientemente fuerte como para defenderme y no ceder? Verán, el verdadero problema no es esta otra persona. La verdadera cuestión es si estoy escuchando mi voz interior, si es que tengo la capacidad de hacerlo, y si actúo en consecuencia.

Pero si me han robado la voz, o si me han arrebatado la creencia en mi valor, décadas atrás en la infancia, entonces aunque pueda sentir cuando algo está mal, no actuaré en consecuencia, porque no creo que valga la pena. Tendré miedo de defenderme porque "¿Y si no les gusta y me dejan o se enfadan conmigo?".

Así que, de nuevo, son las creencias que me han enseñado sobre mí mismo las que hacen que o bien escuche y haga caso a mi propia voz interior y, por lo tanto, nunca permita que alguien me trate de forma narcisista; o bien que no escuche o no actúe ante la forma en que me trata otra persona. Y si no escucho ni actúo en consecuencia cuando alguien me lastima, entonces básicamente le estoy dando permiso a esa persona para que siga lastimándome. Y, reconociendo que las pequeñas cosas se vuelven grandes si permito que alguien me maltrate o me ofenda una vez, tácitamente le estoy dando permiso para que lo haga otra vez… y otra vez… y peor. Entra el narcisista.

Detectar al narcisista no es el problema

Así que, como ven, detectar al narcisista no es el problema. El verdadero problema es si tienen la capacidad de sentir lo que les hace sentir mal y si tienen el sentido de autoestima suficiente para actuar con valentía cuando alguien les trata mal.

Entonces, por más ofensivo que pueda parecer en un principio, la pregunta no es: ¿pueden detectar a un narcisista? La verdadera pregunta es: ¿Pueden detectar a alguien que es permisivo con un narcisista? ¿Ustedes son ese alguien? ¿Y tienen el valor de hacer el trabajo real, feo, desagradable y aterrador de mirar su interior e identificar los orígenes de por qué son permisivos en extremo?

La razón por la que hago estas preguntas es porque uno de los patrones que he visto con más frecuencia en situaciones donde hay una persona que toma en extremo y una persona que da en extremo es que hay otra dinámica en juego. El que toma en extremo se convierte en alguien que inflige al extremo, causando todo tipo de daño a quienes lo rodean. Pero lo que es mucho más importante, el que da en extremo también se convierte, aún más plenamente, en alguien permisivo en extremo.

El que da al extremo, por el hecho de que fue condicionado desde niño a solo dar y no tener límites ni esperar un trato igualitario, a cambio, también fue condicionado a dejarse tratar mal porque lo más importante es dar al otro y tolerar todo tipo de tonterías. Así, precisamente lo que más posee el que da en extremo (la fuerza para soportar recibir muy poco amor y la fuerza para soportar un trato realmente malo) es precisamente lo que más trabaja en su contra. Es esa capacidad de soportar y el deseo de ganar un poco de amor del que toma en extremo lo que hace que el individuo se convierta en alguien permisivo en extremo, que simplemente toma y toma y toma, destruyendo su alma y sentido de sí mismo.

Entonces, como pueden ver, la cuestión real no es identificar si tienen o no una persona que toma en extremo/narcisista en su vida.

La verdadera cuestión es si son capaces o no de identificar cuándo algo, especialmente cosas pequeñas y medianas, no les hacen sentir bien; y luego si son capaces y están dispuestos a defenderse y no ceder. Porque eso y sólo eso es todo el conocimiento y la fuerza que necesitan para enfrentarse no sólo a una persona que toma en extremo sino con cualquier persona en su vida.

¿Qué tan bien se conocen a ustedes mismos?

Se trata de conocerse a ustedes mismos y saber lo que no les gusta o les hace sentir mal, y no permitirlo en su vida. Si se esforzaran por aprender y hacer esa única cosa, y si se esforzaran por eliminar de su interior todas las creencias fundamentales que les impiden hacerlo, sus relaciones cambiarían drásticamente, porque ya no permitirían el trato de nadie que les hiciera sentir mal. ¡Imaginen el impacto que tendría en su felicidad eliminar eso que no les hace sentir bien! Sería algo enorme.

Pero eso requiere el valor de mirar su interior y comenzar a identificar no sólo el dolor y los miedos que les han llevado a estar mal por tanto tiempo, sino también las creencias fundamentales que les han enseñado sobre ustedes mismos y que les mantienen arraigados en patrones que están socavando su felicidad, su sentido de identidad y su paz interior.

Por eso escribí el bestseller, Hay un agujero en mi Taza de Amor y he creado más de 1000 videos gratis en las redes sociales, así como este artículo de boletín gratuito sobre un tema diferente cada mes; varios cursos de video DIY en el sitio web; un podcast gratuito, The Badass Counseling Show; un grupo gratuito de Badass Counseling en Facebook; y estoy lanzando Community+ (PLUS) en Badass Counseling para aquellos que anhelan un mayor sentido de comunidad de almas solidarias y desafiantes, así como más recursos para sanar.

Todas estas herramientas existen para ayudarles a realizar el trabajo de sanar a su niño interior para que finalmente puedan crear relaciones en las que ambas personas sean respetadas, reciban un buen trato y se les anime a convertirse en su yo más pleno y auténtico. Por esto y más, les recomiendo explorar los enlaces en el sitio web de Badass Counseling.

Gracias por leerme.


 -- -- Sven Erlandson, MDiv, es autor de siete libros, entre ellos 'Jesús rudo: el atleta serio y una vida de propósito noble' y 'Robo esposas: un adúltero en serie revela las VERDADERAS razones por las que cada vez más mujeres felizmente casadas hacen trampa .' Se le ha llamado el padre del movimiento espiritual pero no religioso después de que su libro fundamental 'Espiritual pero no religioso' saliera a la luz hace 15 años, mucho antes de que la frase se convirtiera en parte del lenguaje común e incluso mucho antes de que el movimiento alcanzara una masa crítica. Ex entrenador en jefe militar, clérigo y de fuerza y ​​acondicionamiento de la NCAA; Y tiene una práctica global de asesoramiento y consultoría con oficinas en Nueva York, Nueva Jersey y Stamford, CT: BadassCounseling.com

Sven Erlandson
Author, Former NCAA Coach, Motivational Speaker, Pilot, Spiritual Counselor -- Sven has changed thousands of lives over the past two decades with his innovative and deeply insightful method, called Badass Counseling. He has written five books and is considered the original definer of the 'spiritual but not religious' movement in America.
BadassCounseling.com
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¿Por Qué es Tan Efectivo “Hay un Agujero en mi Taza de Amor”?